Ley Antitabaco

La reforma de la ley antitabaco ya es un hecho gracias al Parlamento. A partir del día 2 de Enero del próximo año España dejará de ser un perfecto paraíso para los fumadores, y pasará de ser, de los países más permisivos de la UE, a uno de los más restrictivos en esta materia. Queda prohibido fumar en bares y lugares públicos, con alguna mínima excepción. Las protestas no se han hecho esperar, de hecho, ya hace tiempo que se iniciaron. El malestar de hosteleros es patente, y han puesto el grito en el cielo defendiendo a capa y espada que los restaurantes, discotecas y bares se vaciarán, aumentando de esta forma los despidos de camareros.


Pero la experiencia de otros países de la Unión Europea, que ya hace varios años tomaron estas medidas, muestra que los bares seguirán teniendo el mismo flujo de clientes. En primer lugar porque en España más de un 70% de la población no fuma, y en segundo lugar, porque los usuarios de restaurantes, bares, discotecas, etc. no acuden a dichos lugares para fumar. La concepción de que a los bares se va a comer, a charlar, a reunirse con los amigos, etcétera, dejan de antemano claro que el ritmo de clientes no descenderá.

Y ante otra batalla perdida, que no la guerra, tabacaleras como Philip Morris o British American Tobacco ya están buscando las artimañas necesarias para que las posibles pérdidas de ventas no repercutan en sus abultadas arcas. ¿Cómo? Llevando a cabo una agresiva campaña de márquetin y publicidad. Ahora su objetivo son los países menos desarrollados, las mujeres y los adolescentes. Para atraerlos, por ejemplo, a los niños les cortejan con dibujos animaos en los propios paquetes de tabaco, una forma infame de conseguir que sus cigarrillos sean atractivo para los más pequeños. En los países menos desarrollados los paquetes de tabaco son publicados en cualquier lugar, como en las puertas de los colegios ,en los anuncios de la televisión o enfrente de los hospitales. A las mujeres se dirigen con campañas de un calado que supera el embuste, donde se les vende que fumar es similar a un estilo de vida independiente, delgadez y atractivo sexual infinito. Al parecer en países como Brasil, México, Colombia, Chile y Argentina el número de mujeres fumadoras en la adolescencia ya supera con creces al de hombres de su misma edad, lo que significa que aquí la batalla ha sido ganada por las tabacaleras. Apuntar por estas tres vías de salida es la solución a la disminución de ingresos que están recibiendo las tabacaleras por las nuevas restricciones en EEUU e Europa, así como por las personas que han decidido dejar de fumar y por los muertos que causa el tabaco, que ya jamás volverán a comprar una cajetilla.

Pero ahí no queda la cosa. Diversas investigaciones han descubierto que algunas tabacaleras invierten su dinero en pagar campañas electorales de políticos, pagos económicos y viajes de lujo para que los responsables bloqueen los procesos legislativos que puedan dañar su negocio.

Como ven, la guerra del tabaco hace tiempo que empezó, y mucho me temo que tardará en resolverse mientras algunos países cedan a los chantajes de las tabacaleras.

El tabaco mata a 5 millones de personas en el mundo. En España a 50.000 personas, de las cuales 3000 son fumadores pasivos. Los fumadores mueren un promedio de 15 años antes que las personas que no fuman. El tabaco provoca un gasto mundial de 500.000millones de dólares en las enfermedades que provoca el tabaco. Ante estos datos escalofriantes uno palidece de los pies a la cabeza. Y digo yo, ¿no sería más fácil prohibir el tabaco en España? ¿No sería mejor atajar el problema de raíz, salvando vidas humanas, reduciendo considerablemente el gasto sanitario, que estableciendo medidas limitadoras?

Alejar a los niños de lugares donde vean y puedan asimilar conductas bajo el aprendizaje vicario o la imitación es básico para que no se conviertan en futuros fumadores. ¿Qué derecho tenemos los adultos de hacer que los niños entren en un bar e inhalen el veneno que expulsamos en forma de humo?¿Por qué los camareros tienen que aguantar trabajar en un ambiente que les perjudique gravemente la salud? Lo que sí que parece claro es que prohibir fumar en lugares públicos hará más bien que mal, porque vivir en ambientes libres de humo no es limitar derechos, sino ampliarlos.