jueves, 27 de enero de 2011

Un día más


Un día más, no. Una fecha especial, sí. Porque un día como hoy nuestras miradas se cruzaron en el gran universo, nuestro corazón se abrió y nuestro destino comenzó a escribirse.
Todo empezó con... una mira furtiva que me cautivó. Aquella sonrisa despreocupada, capaz de alegra al mundo. Tu felicidad era desbordante y contagiosa. Tus ojos brillaban como el sol, intenso y perdurable como la galaxia. Y entonces, las estrellas se alinearon y una muy especial se iluminó para marcarnos el camino. Un camino que ha llegado hasta hoy, no sin dificultades y obstáculos, pero repleto de grandes momentos en absoluta complicidad.

Hemos pasado juntos la difícil adolescencia, donde nuestros labios se derretían unidos y la vida se apagaba más allá del callejón donde nos conocimos. Un lugar apartado donde nos descubrimos con la sola compañía de la luna, que nos observaba embobada por tanto amor derrochado. Entonces no había tiempo, y de haberlo, lo ignoramos tanto que tú siempre llegabas tarde a casa. En aquellos años yo tiraba de ti para que no te marcharas tan pronto de mi lado, y años después fuiste tú la que, de la mano, has tira de mí para marcarme un camino fructuoso en todos los sentidos.

Pasan primaveras e inviernos, años y meses en el calendario, y tú y yo seguimos ahí unidos. Hemos viajado para conocer y conocernos. Hemos compartidos momentos inigualables, lugares asombrosos, personas extraordinarias, nuestros cuerpos, nuestro tiempo y, después de tanto, siento que puedo seguir haciéndolo hasta el infinito. 

La estrella que se iluminó cuando nos conocimos aún sigue encendida, brillando más que nunca. A veces miro al cielo y creo verla. Entones una sensación de bienestar recorre mi cuerpo. He crecido a tu lado, y a tu lado he aprendido. Contigo un minuto es como un libro abierto. No sé hacia dónde nos dirigimos, pero lo que sí parece claro es que seguiremos juntos andando por el sendero de la vida con la misma ilusión si seguimos respetándonos, amándonos y escuchándonos, comprendiéndonos y cuidándonos.

Feliz aniversario.

Tu mejor regalo, una sonrisa; mi sueño, que pueda disfrutar de ella todos los días.

miércoles, 26 de enero de 2011

Cholocate amargo

Cuando hablamos de cacao, a la mente nos viene la imagen de una suculenta tableta del mejor chocolate. Chocolate es sinónimo de dulce, de placer, de calorías para algunos. No obstante, si amalgamaos chocolate y Costa de Marfil, la cosa cambia mucho, y para peor.

Por qué digo esto, porque en Costa de Marfil los recolectores del cacao no son otros que los niños, que por 4 centavos al día, y en muchas ocasiones, completamente gratis, recolectan dicho fruto para las grandes multinacionales en completa explotación. La inmensa mayoría de los jóvenes son secuestrados, obligándoles a hacer dicho trabajo como esclavos. Otra forma de llegar a dicha explotación es a través de sus propios padres, que inmersos en una pobreza salvaje, optan por vender a sus hijos a las mafias que se dedican a la recogida del cacao.

Las cifras hablan por sí solas. Alrededor de 20.000 niños de entre 7 y 14 años fueron secuestrados para trabajar en la recogida del cacao, ese bien tan apreciado en occidente, capaz de quitar el sueño, de acompañar a la tarta más exquisita, un afrodisiaco que muchos se empeñan en consumir para curar su desapetencia sexual.

Y mientras nosotros comemos chocolate, compañías como Nestlé, Hershey o M&M/Mars seguirán enriqueciéndose, y por consiguiente, seguirán comprando el cacao corrupto y pro-conflicto de Costa de Marfil. Gracias a estas compañías internacionales, el asesino y ex presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, continuará recaudando dinero para conseguir su único fin, levantarse en armas y crear otra sangrienta guerra civil.
Se requiere urgente la presión de toda la comunidad internacional para echar a Gbadbo, de lo contrario el verdadero vencedor de las elecciones, Alessane Quattara, no llegará al poder y no hará las reformas necesarias para eliminar la explotación infantil en materia del cacao.

A la par con la presión internacional, también se requiere una dosis importante de sentido común, de solidaridad, de compromiso, de justicia por parte de los ciudadanos de todo el mundo para no comprar chocolate de las marcas Nestlé, Hershey o M&M/Mars, ya que estás multinacionales están fomentando la esclavitud infantil, ensalzando el trabajo infantil, negando el derecho a los niños de Costa de Marfil a ser niños, a jugar, a reír, a estudiar.
No sé que hacen los gobiernos que no obligan a dichas marcas a poner en sus envoltorios el lugar de procedencia de las materias primas que utilizan para elaborar sus dulces y perversos productos. O mejor aún, no sé que hacen que no les restringen la venta en nuestro país, porque tanta culpa tiene el que lo vende, como el que le permite venderlo a sabiendas del mal que está generando.

Esta entrada la he realizado para todos aquellos amantes del cacao, para que, cuando vayan a consumir el chocolate de las marcas antes citadas, se acuerden de esos niños y niñas que están siendo explotados, y, aunque sólo sea un poquito, el chocolate les sepa amargo.

miércoles, 19 de enero de 2011

Finalmente


Finalmente, he comprendido que la vida, además de injusta, también tiene destellos de luz que hacen que merezca la pena vivirla.

domingo, 9 de enero de 2011

También la Lluvia

También la Lluvia es una de esas películas que además de ganar el óscar a la mejor película no inglesa, lo tenía que ganar todo el equipo: actores, guionistas, etc. Es evidente que si digo esto es porque me ha encantado.

Me ha encantado como se retrata de forma fidedigna la llegada de el señor Cristóbal Colón a América (que no descubrió porque ya existía), y como consiguió a base de tortura y dolor hacerse con aquellas tierras sometiendo a los indígenas a sus exigencias y al catolicismo.

El argumento de la obra es una amalgama perfectamente tejida de dos historias que dan como resultado una verdadera obra de arte. Por un lado, aparece el rodaje de una película sobre la llegada de Colón a América. En este rodaje queda claro desde las primeras escenas como después de 500 años se sigue reproduciendo el sometimiento de los indígenas, en un símil, que es la película que están gravando, para el beneficio económico de una multinacional de Europa. Por otro lado, se puede apreciar como la privatización del agua ahoga en el barro a los indígenas, ya que no pueden costearse la subida del precio del agua impuesta por una multinacional extranjera, que llega a la zona para apropiarse y gestionar el agua de los ciudadanos locales. Por qué estas dos realidades, por lo de siempre, por dinero.

Al margen de esto se puede ver la personalidad de Luís Tosar y Gael Garcia interpretando sus papeles de forma magistral. En un principio cada uno tiene su visión sobre la realidad, pero a medida que avanza la película se puede ver como el mercenario se transforma en un hombre más honrado despertando su lado más sensible. Los diálogos son buenísimos e inteligentes, sobre todo los de Karra Elegalde, que hace de Colón.

El peso de la conciencia juega un papel importante en También la Lluvia, de ahí que se sobrepongan acciones forzadas a algunas decisiones interesadas. En la película queda claro que la fuerza del grupo, de la comunidad, es el arma más valiosa para conseguir objetivos o para luchar por todo aquello que nos pertenece.

Si este rodaje saliera de Hollywood, estoy completamente convencido de que daría la vuelta al mundo. Y si en vez de trabajar Luis Tosar (un actor con un talento como pocos) estuviera Anjelina jolie, la pelicula no daría una vuelta al mundo, lo daría al Universo. Pero por encima de todos estos aspectos estoy seguro de que También la Lluvia va a triunfar a lo grande. Invito a todos a que paladeéis está fantástica obra porque no tiene desperdicio.

Felicidades a Iciar Bollain por esta espléndida película donde muestra la realidad de una forma ejemplar.